martes, 13 de diciembre de 2011

Hizo bien los deberes

John Jones ejones@ole.com.ar

Independiente perdía y la pasaba mal ante Tigre, pero se repuso en el segundo tiempo y lo dio vuelta: fue 2-1. Igual, los resultados no lo ayudaron y quedó afuera de la Copa Libertadores.

El destino le preparó el escenario ideal. Un ecosistema apto para su desenvolvimiento. Un Tigre agazapado tras haber pegado el primer zarpazo, un felino a la espera de asestarle el último mordisco a su víctima. Diagramado como un equipo para golpear apostando a su veloz y bien controlado contraataque, con un administrador de lujo como lo es Román Martínez y un disparador de aceleración como Diego Morales, Tigre se topó con un partido inmejorable para cosechar tres puntos ante un Independiente desesperado -desprolijo y desesperado- por irse de Copas.

Esa levantadita de Cachete por encima del pie de Leonel Galeano, ese penal inobjetable cobrado por Sergio Pezzotta y esa buena definición del diez del Matador ante la estirada de Hilario Navarro, las razones que llevaron a los del Vasco Arruabarrena a encontrarse (a los 12') con un ambiente que le sentaba bien. Porque Tigre, este Tigre que lleva un campañón y pese a eso sigue comprometido con los promedios, hizo su juego, lo que el técnico pretendía, tras verse arriba 1-0. Gozó de situaciones (Carlos Luna se perdió un mano a mano con Navarro y luego le anularon un gol por offside), fue ordenado (by Román) y también punzante (by Morales).

La historia no podía ir mejor para el visitante: Independiente no acusaba el golpe y el Matador lo encontraba muy mal parado en el retroceso. Ahí se vio la mano de Ramón Díaz, quien metió a Patricio Rodríguez –tras su discusión en la semana- por Osmar Ferreyra y a Cristian Pellerano por Maxi Velázquez. Dos aciertos, dos cambios que, al menos, trajeron consigo un ajuste de tuercas necesario. En ese reordenamiento, la nueva joyita del Pelado, Martín Benítez, madrugó a toda la defensa de Tigre, se escapó y Javier García lo bajó en el área: penal y posterior gol de Facundo Parra para poner el 1-1 con mucho tiempo por delante. Así, el sueño de la Copa Libertadores continuaba latente.

Ese fue el momento en el que el Rojo comenzó a sentir el aroma de la victoria. Hubo un giro, un vuelco que terminó con Gabriel Milito (figura) metiendo un pase al medio y con Hernán Fredes pegándole esquinado para que García no llegara. Independiente, después de estar con la yugular a disposición de Tigre, salió adelante con actitud y temperamento. Racing cayó ante Vélez, pero Godoy Cruz se hizo fuerte en Santa Fe con Atlético Rafaela. Los resultados no lo ayudaron, el sueño quedó trunco, pero el equipo de Ramón Díaz hizo bien los deberes.

Fuente: www.ole.com.ar

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