El 23 de octubre de 1938, Tigre vencía a Racing Club como local por 2 a 1 y le cortaba al equipo de Avellaneda una racha positiva jamás vista en el fútbol argentino, en el que había logrado anotar 8 tantos en tres encuentros consecutivos. A pesar del gran poderío ofensivo de la visita, los de Victoria se impusieron con justicia, impulsados por la gran labor del santiagueño Eibar Ríos, autor de los 2 goles. Aquella tarde, Tigre formó con Sarquis; Quiroga, Juárez; Vorraso, Videla, Rubio, Fattoni, Ríos, Marvezzy, Troncoso y Zatelli.
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