Por Walter Daniel Raiño
Venció 3-1 al Sporting Cristal en Victoria y dejó el último puesto de Grupo 2. El equipo de Gorosito deberá ir a buscar a Paraguay la clasificación en la última fecha.
ALEGRIA. Los jugadores de Tigre festejan con Leguizamón, autor del primero. (EFE)
Tigre aún está vivo. Necesitaba un triunfo para arrancar anímicamente y para mantener la chance de acceder a los octavos de final. Le costó, pero con oportunismo lo logró. Abrió el camino gracias a un error del rival y lo liquidó con una contra certera y con una delicadeza de Botta. Fue 3 a 1 sobre Sporting Cristal, equipo que ahora quedó último en el Grupo 2. De todas maneras, el equipo de Gorosito deberá revalidar su suerte: el 18, en tierras guaraníes, se jugará la clasificación ante el duro Libertad.
Comenzó rápido y en el campo rival Tigre. Obligado a ganar, llevó el juego hacia el área del arquero Penny. Sin embargo, la desesperación y el apuro en algunas jugadas le fueron cerrando el camino. Para colmo, el conjunto peruano mostró un buen trato de pelota y complicó a través de los contragolpes.
Tigre insinuó con cada desborde de Leone por la izquierda o cada vez que Galmarini aceleraba por la otra banda. Mientras que Pérez García, encimado permanentemente por Calcaterra, y Rubén Botta estuvieron bastante erráticos. En Sporting Cristal se destacaron Shepot y Avila en la conducción.
Estaba todo más que tranquilo hasta que Gabriel Peñalba, a los 23 minutos, lanzó un pelotazo desde muy lejos, a dividir. Ahí comenzó a gestarse un error increíble. Un error bien aprovechado. Es que ese pelotazo lo encontró con dudas a Jesús Alvarez. El defensor se quedó clavado y Leandro Leguizamón, astutamente, agarró la pelota y se fue derechito al arco. Levantó la cabeza y definió abajo, de derecha, junto al poste izquierdo de Penny.
El gol de la apertura trajo tranquilidad en Victoria. Al toque nomás, un excelente tiro libre ejecutado por el botín derecho de Pérez García casi hace aumentar el tanteador. Se fue apenitas afuera, rozando el ángulo izquierdo.
No la pasó nada bien en el arranque el local. Dos situaciones claras fueron desperdiciadas por poco. La respuesta tardó segundos: efectiva definición de Pérez García ante un nuevo error defensivo. Y el tercero llegó a través de una genialidad de Botta, quien pasó entre tres rivales y definió cruzado, con clase.
El bonito gol de Lobatón fue la única mancha de un triunfo vital. Un triunfo que cortó una racha de 5 derrotas en fila y que renovó las esperanzas coperas.
Fuente:
www.clarin.com
