Tigre cosechó este martes, en su encuentro de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores disputado en Victoria, un triunfo por 2-1 sobre Olimpia que le permite pensar con cierta tranquilidad la revancha en Paraguay, aunque sabe que la serie está abierta y no podrá relajarse.
El primer tiempo fue parejo y polémico, pero los de Néstor Gorosito lograron dejar su sello en el marcador. Un mano a mano de Rubén Botta (en el ST se iría lesionado) que atajó Martín Silva y un toque desviado de Ezequiel Maggiolo entonaron a los locales, pero luego Javier García tuvo que ahogarle el grito a Fredy Bareiro y hubo dos jugadas muy discutidas por la visita, ambas en el área: una mano de Mariano Echeverría y una infracción de Lucas Orban a Jorge Báez.
En el medio, no obstante, apareció la efectividad anfitriona y, a los 26 minutos, Gabriel Peñalba recibió por izquierda tras varios rebotes y sacó una media vuelta al segundo palo para la ventaja inicial.
Ya en el complemento, a los 18, un centro de Ramiro Leone desde la izquierda permitió que Matías Pérez García cabeceara sin marca en el corazón de área y batiera a un estático arquero con un disparo al segundo palo. Más tarde, Maggiolo remató alto y parecía que el tercero podía estar al caer, pero a los 32 Herminio Miranda ejecutó magistralmente un tiro libre al ángulo izquierdo de García y logró el justo descuento.
Cerca del cierre, a Pérez García y Alejandro Donatti, éste de cabeza, les faltó puntería para estirar diferencias. De todas formas, Tigre atesoró un éxito valorable por el trámite del pleito, aunque haya que esperar al 16 de mayo para saber para qué le servirá finalmente.
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