El partido fue aburrido y terminó 0 a 0, resultado que castiga el planteo mezquino de ambos.
Foto: Rodrigo Néspolo
Con esta igualdad, la intención tan ansiada de conseguir el despegue definitivo parece ser una asignatura pendiente. Ramón Díaz sabe que acercarse a las primeras posiciones no será tarea sencilla. Especialmente porque anoche, más allá de haber tenido una producción sostenida, no pudo quedarse con los tres puntos. Se topó con un Tigre especialista en 0-0 (ayer fue el cuarto en seis partidos) y las aspiraciones de aproximarse a la cima del certamen aún no encuentran las respuestas esperadas.
Por las convocatorias de Teo Gutiérrez y de Álvarez Balanta al seleccionado colombiano, Ramón Díaz se vio obligado a hacer modificaciones significativas en el equipo. Mantuvo la línea de cuatro con Ramiro Funes Mori de segundo marcador central y Juan Carlos Menseguez estuvo en el ataque. Se vio un equipo parejo en su funcionamiento, con Manuel Lanzini como conductor. A partir de las apariciones por sorpresa de Carlos Carbonero, por la derecha, y Lanzini, de izquierda hacia al centro, los visitantes asumieron el protagonismo. El domingo pasado, frente a San Lorenzo, el equipo de Núñez pareció encontrar la fórmula para quebrar los malos resultados y reinventarse, pero esta vez la posesión no estuvo acompañada con la cuota de contundencia.
River, con dominio territorial, demostró que cuenta con individualidades, como por ejemplo Carbonero, que desequilibró. Una arremetida suya casi termina en gol en los pies de Lanzini de no ser por una desatención de Menseguez, que quedó fuera de juego delante de un remate directo al gol.
Las actitudes quedaron rápidamente al descubierto. Tigre salió a pelear el medio campo con sus volantes para no dejar mover a los de
River . Despliegue y pierna fuerte, los atributos de un medio campo que lideró Joaquín Arzura. Aunque hay que decir que ambos equipos jugaron a veces con excesos. Por el lado de Tigre, a los mediocampistas les costó conectarse con los hombres de arriba; incluso, los carrileros Ellacópulos y Leone estuvieron siempre bien contenidos e insinuaron más de lo que concretaron. Un zurdazo de Matías Pérez García fue la única acción de peligro del local (cortada a tiempo por Funes Mori).
El segundo capítulo comenzó con varios intentos de media distancia del conjunto millonario. Primero fue uno de Lionel Vangioni y después otro de Ariel Rojas los que debió interceptar Javier García. Aunque rápidamente, el técnico Ramón Díaz pidió también un poco más de elaboración.
River comenzó a tener más triangulación hacia adelante y mejores combinaciones, pero vuelve a padecer un problema que evidencia desde el comienzo de la temporada, en julio pasado, pues en 32 partidos solo en dos hizo más de un gol. La movilidad y los desbordes estuvieron, pero no recupera la capacidad de gol, ese punto que no abunda en el equipo de Ramón Díaz.
Fuente: www.canchallena.lanacion.com.ar