Treinta y cuatro años tenía Marcelo Gallardo aquella
tarde-noche de 2010. Por la fecha 19, River recibía a Tigre en el monumental y el Muñeco había decidido que ese sería su
último partido jugando para el club de de Núñez. Pero algo salió mal aquel día.
El Matador golpeó de arranque y en un histórico primer tiempo, se fue al
descanso ganando 5-0. En la segunda
etapa se calmaron un poco las aguas y el publico millonario solo esperaba una
cosa, que Gallardo (que estaba como
suplente) ingresara para darle su última ovación. Pero no fue así. Angel Cappa,
DT de River por aquel entonces, decidió que no era momento y optó por dejar al
Muñeco sentado en el banco. El partido
termino 5-1 en lo que sería hasta ahora, la única victoria en la historia, de
Tigre en el monumental.
Cuatro años más tarde y con Gallardo
nuevamente sentado en el banco, esta vez como entrenador, River recibía a un golpeado Tigre que trataría de pasar desapercibido
a la espera de la llegada de Gustavo Alfaro.
El campo de juego que a priori parecía estar en excelentes condiciones, terminó
pareciéndose a una pista de patinaje, debido a un excesivo riego previo al
partido.
Los primeros minutos fueron un verdadero
show de bloopers. Los jugadores de ambos
equipos perdían constantemente el equilibrio y daba la sensación de que en
cualquier momento podía llegar el gol de
alguno de los dos, por causa de una patinada. Poco a poco fueron afianzándose en el terreno y
esto beneficio al millonario. Tigre nunca hizo pie ni terminó de acostumbrarse
al estado del pasto. Lentamente los
dirigidos por Fabián el "pepe"
Castro, fueron perdiendo el orden hasta
que a los 34' del primer tiempo, Rodrigo Mora la puso contra el palo izquierdo,
marcando un golazo inatajable para Javi García.
Recién comenzado el segundo tiempo,
nuevamente el uruguayo Mora era quien convertía
después de vulnerar a una floja oposición de la defensa matadora. A
partir de ahí, se terminó el partido. Tigre se mostró sin alma ni ambición.
Cuesta rescatar algún punto alto más allá de Javi García o algunos (muy pocos)
destellos de habilidad de Wilchez. Llama la atención el bajo nivel de
Galmarini a quien se lo vio muy nervioso
y finalmente fue expulsado por una patada descalificadora a Leonel Vangioni.
Con el ingreso de Vitti, Tigre se animó
un poquito más pero la verdad es que no generó ni una situación de peligro en
todo el partido.
En
el entrenamiento de mañana será presentado Gustavo Alfaro, quien se apareció en el
estadio, saludo a los jugadores en el vestuario y luego vio el partido desde un
palco. No podrá contar con "el pato" pero si con Sebastián Rusculleda,
que ya debería estar recuperado de su lesión. Por su parte, el River de
Gallardo continúa dándole lecciones de futbol a cuanto rival se le ponga en
frente. Esta vez le toco a Tigre, aquel equipo que le aguó la fiesta la noche
de su retiro, pero que hoy no pudo ponerlo en jaque ni una vez. Será mucho el trabajo que tendrá que hacer el
nuevo entrenador, pero sobre todo, deberá hacer hincapié en lo anímico. Esperemos
que el cambio de aire ayude, y sirva de despertador.
Marcos Aramburu/TMC