lunes, 19 de octubre de 2009

Me enseñaste de todo excepto a asustarme...

Y, sí. Asumilo, Boca. Tanto Ricardo Arjona iluminando tu refinado gusto musical (y llenando tu cancha alquilada) que...me enseñase de todo excepto a asustarme. A convertir una defensa en una obra de arte. A saber que tus delanteros saben poco de gol y que tu honor se cohibe en los (centros) cruzados. ¡Pero no me enseñaste a asustarmeee!
Un poquito de dignidad, Boca. Un cachito de vergüenza. Porque la panorámica que dejó el final del partido francamente desalentadora: Basile a los insultos (al aire) y sin talquito, el Pato abrazado a la pelota en el piso haciendo tiempo, Riquelme escondiéndola bajo la suela en lugar de jugarla para adelante.
Todas escenas inherentes al susto con el que Boca cerró el partido. Al final, el retorno del neobilardismo no es sólo propiedad de la Selección. Al Matador, de noble e hidalgo partido, le falló el calendario: el partido se tendría que haber jugado el Día del Padre. ¿O acaso no los tenemos de hijos desde que volvimos a Primera? Para los señores de las cuatro décadas en la cancha (Y alguno de ocho en el banco), un consejo: no les quiten años a sus vidas, tómense el susto con más calma, que es mejorrr...
Fuente: jorgelopez@ole.com.ar

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