"Historia de una pasión"
Despuntaba los comienzos de la década del setenta con mis escasos años de purrete y pasando varias semanas de mi ocio en la casa de mi abuela en Carupá . Y fue mi tío quién entre juegos de pelota , trepadas a la higuera , miradas al gallinero y cariños al perro Xiú , me dijo un día : " ... hoy es sábado y mientras estamos en el fondo vamos a escuchar el partido de Tigre . Ahí juega un ex compañero mío , Pellegata ". Y así fue como ese sábado y tantísimos otros con una enorme radio eléctrica , de madera y bordó estuvimos pendientes de lo que hacía el " Matador " . Esos momentos de aquéllos días marcaron el inicio y el nacimiento de una gran pasión : el Club Atlético Tigre . En ese equipo además de Pellegata , el jugador que más veces vistió la casaca azul y roja , estaban Pintos , Quaini , Quiroga , etc .
Transcurriendo la década del setenta yo seguía con mi " compromiso auditivo " con Tigre con mi pequeña Spika a pila . No había televisión , ni revistas , ni internet , sólo mi imaginación retrataba y le daba vida a lo que hacían Chaparro , Calermo o Jorge Río . Y llegó la adolescencia y empecé a ir a la cancha . Tiempos de paz y armonía en las tribunas y de largas colas con canchas llenas . Aún recuerdo los saltos en la vieja tribuna de madera alentando al Matador y los tablones que temblaban como para partirse . El estar en un paravalancha sólo sostenido por una bandera , la corrida escalones abajo desde el enésimo tablón ante una conquista y el treparse al alambrado festejando un gol y quedar minutos tomado del alambre . Por el sentimiento de Tigre todo valía .
Y en plena adolescencia cual sueño dorado llegó aquél veinte de octubre de 1979 . Tigre subió a primera tras una campaña brillante con un equipo que sale de memoria : Pistone , Sánchez , Bravo , Pellegata y Giustozzi , Carrizo , Ros y Bello Meza , Aimeta , Pasini e Ianuzzi . Lo dirigía Villamor y lo asesoraba nada menos que el Toto Lorenzo . Extasis juvenil , objetivo añorado y querido , vuelta olímpica y deseos de no volver más a la B .
La alegría duró poco , un año y el elenco norteño descendió . Más luego pasaron décadas de broncas y sinsabores , de malos equipos y dirigencias , de otros descensos , de frustraciones y desazones . Parecía inexorable el sufrir y que uno jamás lo volvería a ver a Tigre en Primera . Tristes jornadas , con débiles rivales , magras actuaciones y el oído siempre atento a pesar de todo en la FM que fuera .
Hasta que el 25 de junio de 2007 , luego de veintisiete temporadas el Matador regresó al círculo privilegiado . Mucha espera , uno dejó de ser aquél adolescente soñador para transfomarse en un cuarentón que año a año esperaba el " milagro " . Uno pasó toda su juventud sin poder entender cómo un club como el norteño con destino de grandeza penó tanto y tanto convirtiéndose en un vitalicio de los sábados . Pero desde aquél día de invierno Tigre vive su mejor y más florida primavera . Ya tres temporadas en Primera y dos subcampeonatos . ¡ Que esto siga para siempre ! .
Siendo hincha de un equipo chico son más las tristezas y los dolores que las alegrías . Es fácil y simple ser de un grande . Para ser de Tigre hubo y hay que saber sufrir , ser conciente que las buenas son migajas y las malas son toneles , que hay más llanto que sonrisa y más maldiciones que emociones . Para ser de Tigre hay que sacar carnet de aguante , tener un compromiso de amor y de pasión y saber que cada encuentro es un parto de noventa minutos .
Por esto es que al cumplirse las tres décadas de aquélla histórica alegría le rendimos a ese plantel el tributo merecido por habernos otorgado una de esas felicidades futboleras que no abundan y que jamás se olvidan . Salud por aquélla encantadora conquista en mis tiempos mozos , revivida en el actual placentero momento de la institución y de mis años de adultez .
Glenn Miller
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