viernes, 20 de noviembre de 2009

Así suena lindo

Estudiantes, que busca afinar la máquina para sonar a pleno en Emiratos Arabas, calibró para el ST, liquidó el partido con una ráfaga de goles y quedó a tres de los líderes con dos partidos más. Boselli metió dos y se fue ovacionado, el otro lo hizo Ré y Cellay metió uno en contra. Tigre, tras tantos torneos dulces, se hunde en el fondo de la tabla de posiciones.
Pablo Vicente pvicente@ole.com.ar
Si Estudiantes quería afinar la máquina, tocar las cuerdas para que todo suene como un violín, este partido con Tigre le vino como anillo al dedo. Porque, justamente, eso fue lo que le permitió golear a Tigre con una producción sólida, contundente, pareja, ideal para ilusionarse con más cuando le toque cuzar el mundo para jugar el Mundial de Clubes.Y esa afinación, justamente, fue lo que se dio sobre la marcha. Porque mientras que en el primer tiempo, tras un comienzo con gol de Boselli a los 4 minutos que permitía presagiar una goleada, se sucedieron los desaciertos y las imprecisiones en la puntada final. No pudo Boselli, casi Núñez, negado Salgueiro... Y hasta a Verón le dijo no el palo tras un bombazo con comba, entrando por derecha, a los 38 minutos del segundo tiempo. Pero, con el transcurso del juego, los minutos, la charla de vestuario, y el juego mismo, las piezas se asentaron. Y Estudiantes liquidó a Tigre con una ráfaga de goles. A favor y en contra, porque el descuento del visitante también llegó gracias a uno de rojo y blanco, Cellay, que quiso despejar un centro de Luna y se le metió a Albil. Un reflejo de este Tigre que, después de tantos torneos almibarados, saborea el agrio gusto del fondo de la tabla.Liquidado el asunto, en apenas un ratito, entonces Estudiantes se dedicó a cuidar las piernas, a hacer correr la pelota, desgastar el reloj y a sumar tres puntos que lo dejan tan cerca como lejos de la punta del torneo, porque quedó a tres de los líderes pero con dos partidos más jugados. Aunque en realidad, de lo que quedó más cerca el Pincha, es de ese avión que lo llevará nada menos que a un sueño que se esconde en Emiratos Arabes. Allá va el Pincha. Bien afinadito.

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