Tigre está a la deriva. Cagna, quien ayer se retiró del estadio sin hablar pero trascendió que seguiría en su cargo hasta fin de año, cambió de nombres y de esquemas pero no encontró en el plantel las respuestas que esperaba. Y el clima externo, con apretadas de la barra a jugadores, tal como lo denunció Matías Giménez (ayer estaba suspendido), conspira. "Este equipo no encuentra respuestas, estamos muy golpeados", se sinceró Rodolfo Arruabarrena, quien ayer vio la quinta amarilla. Pero por más esfuerzo que se le ponga, el corazón de este equipo no vuelve a latir. El Matador está pagando las decisiones de continuar ciclos ya cumplidos como los de los históricos Morel, Castaño (las dos primeras opciones de cambio en todos los partidos) y el propio Giménez. Y de sumar incorporaciones como Montiel, Manzur, Leone y Aguilar, quienes hasta el momento no aportaron soluciones a tantos problemas que sufre el equipo. Un equipo al que Estudiantes desnudó de la forma más descarnada todos los errores que viene mostrando con demasiada habitualidad en este Apertura.
Fuente: www.ole.clarin.com
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