sábado, 5 de diciembre de 2009

Entender a Cagna es brindarle un homenaje

Los jugadores quieren que Diego Cagna se quede. Se lo deben demostrar con hechos más que con palabras. Deberán actuar, meter, jugar, ¡ganar! Tendrán que reaccionar tanto adentro como afuera de la cancha. El funcionamiento se adquiere, se devalúa o se recupera. Se puede jugar bien o mal. Pero si ante una coyuntura desfavorable no hay esfuerzo, no hay nada. Y precisamente, en varios capítulos de este semestre, el DT miró hacia el césped y encontró apenas un puñado de botines trémulos y ausentes. Vio fantasmas en lugar de jugadores. Quizás esa falta de respuesta le dio la certeza de un ciclo cumplido. Y los jugadores, parece, se dieron cuenta tarde de que estaban haciendo los deberes muy mal. Diego es un tipo cabal. De diagnósticos precisos. De mirada sensata. Y sobre todo, un laburante derecho que no se merece un final así. El le aportó a Tigre sus páginas más gloriosas y estamos a tiempo (quedan dos fechas) de darle el homenaje que se ha ganado. Si se va habrá que aceptar el duelo y dejarle las puertas abiertas para un regreso. ¿Y si se queda? Será el mejor regalo de Navidad para los hinchas de Tigre en este año tan duro. La única verdad es que su nombre ya está grabado para siempre en la historia de nuestro club.

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