miércoles, 21 de marzo de 2012

El Tigre se morfó al Lobo

El marco: la Copa Argentina, en Catamarca, escenario atípico y lejano al que se acercaron muchísimos hinchas del Matador.
El rival: un Gimnasia y Esgrima de La Plata repleto de suplentes, aunque con algunos jugadores con experiencia como Choy González o Vargas.
El partido arrancó con Tigre dominando la pelota, en los pies de un muy habilidoso Botta y de un movedizo Carrasco que controlaban el ritmo del equipo. Pero como el fútbol es así, en la primera que tuvo Gimnasia, de córner, el “Turbo” Vargas cabeceó y venció la resistencia de Islas. Así nomás, desde el arranque, el Lobo mordía primero.
El resto del primer tiempo fue de un desarrollo chato, con más dominio de balón de Tigre aunque ya con muchas imprecisiones y sin profundidad. La más clara fue de Kevin Itabel, que tras un buen centro del uruguayo Montero cabeceó sólo de pique al suelo, aunque dándole al balón demasiado cerca, por lo que el pique salió por encima del arco. Nada más que acotar, el primer tiempo fue feo, y Gimnasia no merecía ir ganando.
El complemento se presentó de diferente manera, ésta vez con total dominio del Matador, que dio la impresión que fue tranquilizado por el técnico en el vestuario. Botta estaba más escurridizo y preciso, Carrasco un titán, y en el medio campo Pío y Escobar distribuyeron con más criterio. Quizás lo que habría que criticar del desempeño del equipo de Victoria fue la defensa, que no anduvo del todo bien durante todo el partido. Faltas algo inocentes, distracciones y fallas que podrían haber costado el resultado si no hubiera sido por que Gimnasia atacaba con poca gente y sin precisión. Pero todo era de Tigre. Los cambios que implementó el Vasco Arruabarrena fueron positivos para el equipo. Leguizamón y Bordacahar dieron más trabajo a la defensa tripera, y el recién ingresado Nicolás Martínez recibió una dura falta de atrás apenas pisó el campo de juego. Todos temimos lo peor, pero por suerte fue apenas un golpe. Y el karma del destino y la justicia apareció, y tras esa jugada llegó el empate que Tigre merecía hacía ya varios minutos. Fue un ex Lobo, Escobar, quien empujó un rebote tras un centro que quedó boyando en el área. Tigre empataba, y aún más, merecía ganar, porque Gimnasia no aparecía, no hacía nada para merecer empatar ni ganar el partido.
La más clara del segundo tiempo para el tripero fue una “casi” jugada de gol en la que el colombiano Peralta se escapaba hacia el arco, pero que fue CRITERIOSAMENTE detenido con falta por Carlos Casteglione. Lamentablemente fue expulsión, pero es una de esas jugadas en las que uno prefiere perder a un jugador antes que recibir un gol en contra. Y no faltaba nada, y era tiro libre para Gimnasia. Y ahí apareció el eterno, el enorme Daniel Islas, desactivando la bomba de un tiro libre muy bien ejecutado y terminando con la ilusión del equipo de La Plata de ganarlo sobre el final. 1 a 1 terminó la cosa y llegaron los penales.
Pío fue el encargado de comenzar con la ejecución, y Bangardino atajó el remate. Pero el penal debió repetirse debido al adelantamiento del arquero tripero. En la repetición, fue gol, y 1 a 0 para el Matador. Con el primer penal de Gimnasia sucedió lo mismo, atajó Islas, cobraron adelantamiento, repitieron, y fue gol.
Y ya después, a pesar de que los arqueros siguieron adelantándose, no se volvió a cobrar. Y el que sacó más ventaja de esto fue el tremendo arquero que tenemos, el Dani Islas, que tapó los penales de Mendez y Peralta y, así, le dio el triunfo al Matador tras la conversión de Botta, Escobar y Nico Martínez.
Fue 4 a 1 por penales en un partido duro, trabado y que se empezó perdiendo desde el principio. Más allá de que el nivel de juego del equipo no fue del todo bueno, los pibes y los grandes demostraron que dan todo por la camiseta, entregaron hasta el último aliento hasta el minuto final, y el empate fue la recompensa. En el global, se puede decir que fue una justa victoria Matadora, que lo buscó y lo buscó durante los 90 minutos.
Estamos entre los mejores 16 equipos de la Argentina, y eso es un honor.
Alejandro Graue-TMC

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