A priori Tigre tenía un partido complicadísimo frente a Lanús. Como en cada partido, el Matador debía salir a ganar desde el minuto cero, pero claro, en frente estaba un equipo aguerrido y peligrosísimo al que no le podés dar espacios.
Y se hizo la luz. Como pocas veces sucede, la suerte le sonrió al Matador, que recibió un tonto penal por parte de la defensa granate a los 4 minutos del primer tiempo. Gol de Cachete, y a sufrir. ¿En seguida? No, el primer tiempo fue repartido y las chances fueron pocas y no demasiado claras.
El segundo tiempo arrancó igual aunque se fue inclinando hacia el granate con el correr de los minutos. Lanús lo buscaba con todo y... ya me cansa un poco decirlo, pero UNA VEZ MÁS, LA FIGURA IMPRESIONANTE de Javier García fue una pared infranqueable frente a los remates granates. Una muy buena tarea de Orban (sigue cada vez mejor) y buenos destellos de habilidad de Cachete, Román y el Chino bastaban para que el partido se balanceara.
Pero llegaron las desgracias. Primero, Ramiro Leone tuvo que abandonar el partido por un esguince, y minutos más tarde, el Chino Luna por un calambre. Quizás un destello de esperanza fue la expulsión de Camoranesi, que (a lo bestia) le metió un planchazo a Gastón Díaz que, de milagro, no tuvo que salir lesionado también.
Pero como esto es fútbol y como Tigre está en una situación comprometidísima y no puede arriesgar, el partido se tornó ilógico. Con uno menos, Lanús fue más, y fueron varias las chances que tuvo para empatar. Aunque por supuesto, ninguna fue clara. Javier García se lució no sólo atajando, si no también despejando con sus puños. Lo tuvo Román Martínez de contra, pero Marchesín adivinó su intención de picarla.
Y no mucho más. Tigre sufrió muchísimo los últimos minutos, pero ganó con garra, fiereza, y oficio, el oficio de un equipo tremendamente sacrificado que no va a relegar nada para quedarse en primera.
Felices por el triunfo, aunque tristes por las lesiones de Leone y el Chino, que esperemos puedan llegar al choque con Banfield de la próxima fecha.
Tremendos tres puntos que nos dejan a la misma distancia de los Cuervos de Boedo. ¿Se acuerdan de cuando nos llevaban 18 puntos?
¡Vamos, Matador, que con esta actitud y garra se puede lograr un milagro!
Alejandro Graue
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