Esta vez no hay excusas. Tigre jugó decididamente mal, no supo aprovechar la superioridad numérica y, otra vez, los nombres que tienen que aparecer no lo hicieron. Y es que fue una noche negra para el Matador de Victoria, porque no sólo volvió a perder (y con un rival directo), sino que además hoy no hubo un sólo jugador que mostrara un nivel arriba de la media. Hasta Orban y García, siempre figuras, estuvieron erráticos y perdieron balones peligrosísimos.
Triste primer tiempo el de Tigre, que buscó y tuvo chances claras, pero que durmió tantas otras veces y recibió un gol de la manera más estúpida. No sólo es llamativo que un hombre como Matos pueda haberle ganado en altura a Diego Castaño para peinar la pelota, sino que es increíble cómo se descuidó la marca en el centro del área. El cabezazo de Zapata fue perfecto y no hubo nada que hacer para el arquero García. A partir de ahí Tigre se desordenó, presa del nerviosismo y de saber que las posibilidades cada vez son menos. El más destacado del Matador fue Cachete Morales, que a pesar de manejar bien la pelota, meter y llegar al área, tomó malas decisiones en el toque final y por eso Tigre no pudo abrir el marcador. El Chino tuvo una clara, pero dejó picar la pelota por demás y perdió la chance de ajusticiar a Cambiasso.
En el entretiempo el Vasco sacó a Pío, que había perdido la marca en el gol, y metió a un Leandro Díaz tuneado (se tiñó de platinado), lo cual sugería que Tigre se venía con todo el arsenal cargado. Pero lejos de desnivelar, el juvenil de Lanús tuvo su peor partido desde que llegó al equipo de Victoria, perdiendo pelotas infantilmente, intentando amagar y mareándose él solito, y no enviando centros cuando debía hacerlo. Y entonces la cosa se puso rara, porque el Vasco sacó a Cachete Morales, de respetable rendimiento, y metió a Carrasquito, que no anduvo bien. Las razones del cambio deberá darlas el entrenador en la semana, porque al menos, para mí, por ahora es poco clara la razón de la sustitución. Para colmo después hubo que sacar al Negro Castaño, por molestias, e ingresó Maggiolo, que otra vez tuvo un partido para el olvido.
Así fue, Tigre, desordenadísimo como pocas veces, iba con todo, tirando pelotazos, centros malísimos e intentando hilvanar jugadas que nunca entendieron. Porque fue así el partido de Tigre, un desorden tremendo. Ni siquiera la expulsión de un rival sirvió para despertar el instinto del Matador, que lejos de mejorar, empeoró por los nervios y dejó muchísimos espacios atrás. Tanto es así que en una de las contras después de tantos ataques mal pensados, All Boys metió el segundo gol, un golazo, inmerecido, pero que sirve quizás para poner un punto final a este momento de Tigre. Porque se tiene que haber terminado algo hoy, algo tiene que haberse roto en el alma de los jugadores, porque ya no son dos caídas injustas y casuales, son tres, y esta última con el aliciente de que el equipo fue un desastre.
Si me preguntan, destacaría al Chino Luna, y HAY QUE MENCIONAR que Román Martínez mejoró a lo que venía mostrando, aunque siguieron sin salirle del todo bien las cosas.
Tigre no liga, se marea, se pone nervioso, pierde chances y deja espacios, y si la cosa sigue así, con los rivales directos ganando, el año 2012 será el último de un Tigre de Primera, al menos hasta que se vuelvan a disputar los ascensos.
Hoy no estoy triste, estoy furioso, porque no me gustó NADA lo que vi de nuestro Matador. Por favor que esto sirva como cimbronazo para la mente de los jugadores, por favor que la cosa cambie, porque sino va a ser un final pésimo para todos.
Quiero destacar a Leone, que a pesar de que volvía de una larga inactividad, lo hizo bien, y eso merece un aplauso.
Alejandro Graue / TMC

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