domingo, 10 de junio de 2012

Merece ser campeón

Y es que este equipo no solamente fue mucho más que su rival, sino que está ahí, a un punto de Boca, haciendo soñar a sus hinchas que por primera vez entonaron el tan afamado “que de la mano, de Arruabarrena, toda la vuelta vamos a dar”.
Un partido que de entrada se notó que iba a ser para Tigre. San Lorenzo nunca encontró el camino y mostró un nivel preocupante de cara a los partidos que le quedan por delante. Durante los primeros minutos, el Matador generó varias chances de gol, con una chilena del Chino Luna como lo más destacado junto a un remate de Maggiolo que reventó el palo derecho de Migliore. El equipo de Victoria estaba incisivo, agresivo, metido, concentrado, eso que siempre le reclamamos al equipo. El primer tiempo fue todo, completo para Tigre, que manejó la pelota con criterio y lastimó a su rival donde más le dolía. Y sin embargo, el gol no llegaba, y los nervios empezaban a jugar. Tanto es así, que el primer gol de Tigre llegó después de una pifia de la defensa de San Lorenzo, que no pudo cortar un pase de Cachete Morales que habilitó a un Lechuga Maggiolo que definió casi sin despeinarse. Gol de Tigre y a festejar la merecida ventaja. Los últimos 10 minutos del primer tiempo estuvieron casi demás, y llegó el entretiempo.
Se notaba que el equipo de Caruso Lombardi (cargado por la hinchada local) no encontraba el rumbo, por lo que el DT decidió meter a Romagnoli apenas empezado el segundo tiempo. Y ahí nomás, a los 9, Cachete Morales se metió en el área tras una gran jugada individual, y Román Martínez, como quien no quiere la cosa, se metió delante de él y tocó suavemente la pelota para cambiarle el palo a Migliore y establecer la diferencia de 2. Cómo se puso la hinchada local, ¡impresionante! Victoria era una fiesta como hacía tiempo no se veía. Y entonces, cuando nada parecía dársele al visitante, Lunati pitó una falta inexistente al borde del área, y el recién ingresado Romagnoli demostró que es un jugador distinto y puso el descuento de tiro libre. Y el equipo y la hinchada local parecieron sentir el simbronazo, porque reaparecieron los nervios y las dudas y San Lorenzo se agrandó, en los pies habilidosos del Pipi Romagnoli y el buen criterio de Ortigoza. Y cuando se venía el embate del visitante, dos de los pibes que juegan en San Lorenzo pecaron de inocentes y se ligaron las segundas amarillas con diferencia de 5 minutos, con lo que el Ciclón se quedó con nueve hombres faltando veinte minutos de partido.
Y es acá donde el Vasco tiene que retar a sus jugadores. Porque con una diferencia de dos hombres, más un gol a favor, Tigre se quedó, y no paró de dar pases imprecisos y darle oportunidades de empate a su rival. Por suerte para todos, esto no se dio, y al cabo de unos minutos el visitante se quedó sin piernas, y sin ganas. Tigre toqueteaba acompañando el “ole” de la gente, y tras un jugadón lleno de toques, donde la defensa visitante no podía ver la pelota, Román Martínez definió con excelencia para poner cifras definitivas. Fiesta, explosión, ilusión y alegría en Victoria. Los miles de hinchas del Matador se volvieron locos y no pararon de festejar hasta que terminó el partido. Por su parte, San Lorenzo se quedó con las manos vacías, y su rendimiento de hoy preocupa y mucho de cara a su futuro.
Con este triunfo, Tigre no sólo pasa a su rival por dos puntos, sino que se pone a uno de Banfield y sale de TODO, absolutamente de TODO, descenso y promoción. Al Matador le quedan dos finalísimas, y depende de él mismo permanecer en primera. Hay ilusión, hay pasta para seguir sumando, y por qué no, hay equipo para campeonar.
¡VAMOS MATADOR!
Alejandro Graue / TMC

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