domingo, 11 de noviembre de 2012

Quinto a fondo

Regueiro celebra su gol ante Tigre. (Télam)

Regueiro celebra su gol ante Tigre. (Télam)

Tigre sorprendió de entrada, con un golazo de Pérez García, pero Lanús lo dio vuelta con fútbol y corazón, goleó 4-1, sumó la quinta victoria al hilo y quedó a tres del líder Vélez. Marchesín atajó un penal al final. Ojo al Grana...

¿Y ahora qué hacemos con Lanús? ¿Lo miramos con simpatía? ¿Lo premiamos por el entusiasmo? ¿Lo anotamos seriamente en la pelea? Lo que nadie se animará, seguro, es a dejarlo afuera de la conversación cuando todavía quedan 15 puntos en juego. Porque si en los torneos cortos cualquier equipo que gana un par de partidos seguidos pelea la punta, uno que suma cinco al hilo, tiene legítimo derecho a presentar credenciales de candidato. Y eso es, definitivamente, este Lanús que se abre paso en puntas de pie y con la fuerza de su contundencia. Fue 4-1, y hasta se lució al final Marchesín, que salvó una clave con el 2-1 y atajó un penal sobre la hora.
Este triunfo ante Tigre, vital como el test que viene el jueves ante San Martín SJ para medir sus chances, no sólo lo mantiene a la expectativa y le enciende alarmas a los de arriba sino que viene de la mano con una ratificación de carácter, de temple, de fortaleza cuando a más de uno, a esta altura, se le empiezan a aflojar las piernas. Lanús trastabilló de entrada, con el golazo de Matías Pérez García, pero se levantó inmediatamente antes de escuchar la cuenta. Enseguida fue a poner las cosas en orden, con movilidad, con el empuje del cerebro Fritzler desde el medio, con el fútbol del trío Pizarro, Pereyra y Ayala, con la garra charrúa de Regueiro, con el empuje de Romero… Y lo encontró. Cabezazo de Pizarro, quien se sacó las ganas y después de pifiar decenas encontró su primer gol en el torneo, y blooper de Javier García para mandar al fondo de su arco un bombazo del Regueiro. Así puso las cosas en orden el Grana.
Tigre lo fue a buscar tibiamente en el segundo tiempo, aprovechando que Lanús bajó un cambio y lo dejó venir peligrosamente para golpear con una contra, como logró sobre el final con los goles de Fritzler y Romero, pero al equipo de Pipo Gorosito le pesó el desgaste en la Copa Sudamericana y no tuvo esa frescura necesaria para llegar a la igualdad, más allá de que sobre el final apareció una mano salvadora de Marchesín. ¿Qué hacemos con Lanús, entonces? Por ahora déjenlo soñar...
Fuente: www.ole.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario