viernes, 9 de noviembre de 2012

Tigre, en la Copa, te emboca de a cuatro


Argentinos Jrs fue el primer perjudicado en la etapa de la segunda fase, luego Deportivo Quito sufrió los cuatro rasguñazos en los Octavos de final, y ayer, la nueva víctima del Tigre asesino fue Cerro Porteño, a quien se le ganó 4 a 2. En una noche de “Victoria", el “Matador” quedó entre los cuatro mejores de Sudamérica, siendo éste el único equipo argentino vigente en el certamen. Y además, como yapa, se clasificó a la Copa Libertadores 2013. Los autores de los goles en el partido histórico fueron Mariano Echeverría, Rubén Botta, Federico Santander y Alejandro Donatti.

Ya a los 30 segundos del partido la figura de la cancha, Rubén Botta, tuvo si primera chance de convertir en un pelotazo que disparó desde fuera del área, aunque el balón terminó en el saque de meta. Luego, a los siete minutos, con su gambeta nuevamente quebró a la defensa de Cerro, le dio un pase a Díaz, quien asistió a Santander que, solo frente al arco, el paraguayo le pifió a la pelota que siguió de largo, y así Tigre perdía la chance más clara hasta el momento.

A los dieciocho del primer tiempo, el “Matador” contó con un tiro libre a favor por el sector derecho. Lo ejecutó el volante Gastón Díaz, y entre medio de todos los que peleaban a los forcejeos, el defensor Mariano Echeverría se elevó y cabeceó para inflar la red del arquero rival. De esta manera, el conjunto de Victoria ganaba 1 a 0 momentáneamente.

Después del gol local, Cerro Porteño tuvo dos chances muy claras para empatarlo, por parte de los argentinos Ugglesich y Fabbro, pero la suerte estaba del lado de Tigre, la pelota pegó en el travesaño y la otra se fue al costado del arco de Javier García. A pocos minutos de finalizar el primer tiempo, Santander generó un contrataque y habilitó a Botta con un pase justo, que este con calidad lírica la clavó al ángulo para ampliar le marcador por 2 a 0. 

Tigre se iba al descanso con dos goles en ventaja y el José Dellagiovanna ¡estallaba de la emoción!. Totalmente diferente fue el planteo futbolístico que hizo el “Matador” ayer a la noche, a lo que fue el partido en Paraguay. Esta vez los jugadores demostraron juego. Y por el lado de Cerro también estuvo cerca de lastimar pero no contaba con la misma suerte que el local.

En el arranque del complemento apareció un inconveniente, debido a causa de un recalentamiento en los generadores de las torres iluminadoras, se colapsó la luz y se detuvo el partido unos minutos, ya que no había iluminación suficiente para poder jugar. Entonces, ahí llegó otro momento particular de la hinchada de Tigre. Desplazaron el trapo gigante que cuenta la gente del “Matador”, y adicionado a unos fuegos artificiales, le dieron más color de la que tenía, una noche que sería  inolvidable.

A los cinco minutos de la segunda etapa, nuevamente Botta, apareció solo por la banda izquierda, envió un centró y el paraguayo Santander, de palomita, convirtió el 3 a 0 justo a favor de Tigre. La cancha explotaba de los gritos, bengalas prendidas, la hinchada bailaba la Tarantela; el delantero convertía por primera vez con la camiseta azul y roja.

Todo parecía color de rosa. Sin embargo, diez minutos más tarde del 3 a 0. Jonathan Fabbro, el mejor del conjunto guaraní, envió un centro para que Santiago Salcedo lo descolocara, mediante un cabezazo a Javier García. Y el visitante descontaba, el partido se ponía más entretenido aún, siendo un 3 a 1 parcial.

Cerro Porteño contaba con un tiro libre peligroso, generado por Echeverria, a los veinte del complemento. El ejecutante iba a ser Fabbro, el disparo fue tan fuerte y eficaz, que no importó cuantos jugadores hubiese en la barrera. Nuevamente el visitante metía otro gol, y ahora sí que todos se paralizaron en ese instante, porque Tigre no pasaba de ronda con ese resultado adverso. De un instante al otro, el partido se tornó no apto para cardíacos.

El suspenso duró cuatro minutos nada más, porque en Tigre tuvo que aparecer su salvador. Este defensor que se ganó a los hinchas y que ya es goleador del equipo. Nada más ni nada menos que, Alejandro Donatti. En una serie de rebotes, el jugador cabeceó la pelota que pegó en el travesaño. No obstante no se dio por vencido e intentó nuevamente en el rebote, y así envió el balón al fondo del arco. Los gritos de gol volvieron y el aire regresó a cada pulmón que se encontraba alentando en la cancha; no era para menos, su gol significaba la clasificación a semifinales.

El final del partido se volvió cada vez más lento, pero, más allá de las llegadas provocadas por Cerro Porteño, con algunas llegadas  no logró convertir otra vez. Y Tigre clasificó a la semifinal de la Sudamericana 2012. Otra noche memorable, que será escrita en libros de la historia del “Matador”, y gracias a Dios, somos nosotros los que vivimos este hermoso presente.

Ahora en el 2013: jugadores, hinchas, ¡MATADORES, A LIBERAR AMÉRICA!

Por Santiago Santin / TMC

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