
Unos 35.000 hinchas de Tigre coparon la Bombonera para acompañar al equipo en una noche histórica. Ahora, a Brasil por un sueño.
No es el barrio, no es la geografía habitual, no es el camino de cada domingo. La caravana es larga y el viaje extenso, porque hay que cruzar la Capital de punta a punta, pero allá fue una multitud. A acompañar a Tigre en su noche de gala. A decir presente en uno de esos partidos que quedan en la memoria. De los que, años después, el hincha puede jactarse en charla de café.
Y allá fueron unos 35.000 hinchas, a ponerle el color azul y rojo a un estadio azul y oro que hizo de casa por una noche, y no faltó nadie. Hasta Juan Román Riquelme, el ilustre del barrio, el hincha por proximidad, se dio una vuelta con su familia por La Boca. Nadie se lo quiso perder.
Fuente: www.ole.com.ar
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