Lo mejor apareció en el final de un partido que se perdía casi en la intracendencia. Ahí llegaron los goles y las emociones. Entonces, ese Vélez-Tigre que tenía destino de partido chato de calificación floja, logró ganar vibración con el 2 a 2 final.
El visitante ganaba 1-0 con un muy buen gol de Rincón. A los 41 minutos, Fernández puso el segundo y todo parecía liquidado. Pero no. Vélez buscó más en todo el partido y pese a no tener claridad, encontró su premio con cierta dosis de fortuna. En la jugada siguiente al gol del visitante, Caraglio encontró una pelota perdida y descontó. Ahí sucedió lo inesperado. Tigre, que jugaba con 10 por la expulsión de Pantaleone y ya había agotado los cambios, sufrió la lesión de su arquero Javier García (tendría comprometidos los ligamentos de la rodilla izquierda). Leandro González Pirez debió ocupar el arco en los últimos cinco minutos. Primero paró un cabezazo con calma, pero en la jugada siguiente Godoy tocó la pelota con la mano y otra vez Cariglio, de penal, convirtió el empate.
Antes de eso se vio un partido aburrido. Es un año especial para Vélez. El club atraviesa una etapa de transición. Desde la dirigencia baja la premisa de acomodar la economía y por eso el club no ha tenido refuerzos destacados en calidad y cantidad para este 2015. Y esta actualidad se reflejó más que nunca en el partido de ayer ante Tigre, donde el club de Liniers mostró un equipo lleno de juveniles. Y el visitante, con el pragmatismo que impone Alfaro desde el banco, aprovechó sus oportunidades.
La primera parte mostró buenas intenciones del equipo de Miguel Ángel Russo, que se plantó como protagonista ante un Tigre quizá demasiado cauteloso. Así se hizo dueño del terreno y de la pelota, con pincelazos interesantes de Agustín Doffo, un chico que mostró atrevimiento y movilidad. Una de las mejores ocasiones de quebrar la valla de Javier García nació de sus pies, cuando a los 34 minutos lanzó un fuerte remate que salió cerca del ángulo izquierdo del arquero visitante.
A los 11 minutos de la etapa final fue expulsado el lateral Nicolás Pantaleone por una fuerte falta contra Yamil Asad. Igualmente, a Vélez le siguió costando encontrar la claridad suficiente para generar situaciones de gol. Tigre mantuvo su esquema y hasta tuvo premio: una escapada de Facundo Sánchez por derecha encontró solo a Rincón (muy mal la defensa de Vélez) y el colombiano acomodó la pelota y definió de volea.
El final mostró las emociones que el resto del partido no tuvo. Un premio para Vélez por levantar un 0-2. Un punto siempre valioso para Tigre... aunque estuvo muy cerca de la victoria.
Fuente: Cancha llena
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