La Academia se impuso de local 1-0 ante el conjunto de Diego Cagna y logró escaparse de la zona caliente de los Promedios. Sebastián Grazzini marcó el único gol de la noche. El Matador se mantiene último.
Racing es sufrimiento. Desde siempre y, quizás, para siempre. Pero dentro de ese martirio existen pequeñas alegrías como la de esta noche. Es cierto que un partido malo y ganado con lo justo ante un Tigre último, pero le permite a los de Vivas, luego de estar en el abismo, asomar un poco la cabeza y pasar un fin de semana alejado de las calculadoras. En tanto, para Diego Cagna persiste la malaria y el olor a ciclo terminado se siente más allá de Victoria. Lo que quedó en claro en la primera parte es que a ambos les cuesta ser protagonistas. Ninguno se hizo cargo del partido y por eso, el tedio prevaleció. Claro, los dos son de lo peor del campeonato y eso se pudo comprobar en los primeros 45 minutos, donde apenas hubo un par de chances (claras) para Tigre, donde se destacó un tiro al palo de Luna en el final. Racing contó con una de Lugüercio, que el delantero falló de posición inmejorable. De todos modos, se sabe que a ninguno le importa mucho más que el resultado. Dadas sus realidades necesitan los puntos con el nefasto “como sea” y a eso juegan. Corren, marcan, tienen cierta concentración, pero de fútbol poco.Dentro de ese poco, aparece un jugador como Grazzini, quien con algún toque sutil o gambeta aparece como un outsider. Más si logra tener el espacio para acomodarse y sacar un zurdazo al ángulo, como el que clavó al promediar el complemento. Entonces, Racing se encontró con la ventaja, a la que se aferró. Esa ventaja en este tipo de encuentros es vital porque traslada presión al rival, que sin ideas, debe contrarrestarla con entusiasmo, que no suele alcanzar. Así pasó y Racing que estuvo en el infierno durante todo este torneo, logró su segundo triunfo al hilo y salió de la zona de Promoción. Al menos por ahora.
Fuente: www.tycsports.com