El Matador se asestó un categórico e histórico 5-1 al Millonario en el Monumental y cortó una racha de cinco derrotas consecutivas. Pérez, San Román, Fontanello, Lázzaro y Pasini anotaron para la visita, mientras que Funes Mori descontó para el local. El Muñeco recibió una plaqueta antes del partido y no entró.
La mesa estaba servida para los hinchas de River, que llenaron el Monumental para disfrutar de un equipo en pleno ascenso de la mano de Ángel Cappa y para despedir a uno de sus ídolos, Marcelo Gallardo. La noche arrancó con Daniel Passarella en la mitad de la cancha para entregarle una plaqueta al Muñeco, conmovido por los aplausos, y terminó con un resultado histórico e impensado: Tigre frustró la fiesta con un 5-1.
Ya a los 2 minutos, el elenco visitante evidenció los serios inconvenientes defensivos del equipo millonario: luego de un centro, Carlos Luna se arrojó de palomita en el área y cabeceó muy débil a las manos de Daniel Vega. La pelota comenzó en los pies del local, pero sin precisión ni sorpresa ante dos líneas de cuatro bien paradas e infranqueables.
El elenco de Ángel Cappa no se salió del libreto en el inicio. Paulo Ferrari se transformó rápidamente en un extremo y llegó hasta el fondo, aunque no logró ponerla adentro. Ariel Ortega tomó la manija, pero no encontró a su socio en Mauro Díaz, quien nunca se mostró como opción. Y el pibe Ezequiel Cirigliano sufrió muchísimo como único cinco.
¿Qué hizo Tigre? Esperó, salió rápido, aprovechó las pelotas aéreas y no perdonó cada vez que llegó con gente al área. A los 10 empezó lo que sería la catástrofe: Diego Castaño ganó por atrás en un centro y la cambió al otro palo para la aparición en soledad de Claudio Pérez, quien la empujó para el 1-0.
Un minuto más tarde, otro mazazo: José San Román tomó el balón a 35 metros del arco y la clavó por encima de un adelantado Vega para el 2-0. Y a los 17, llegó un córner desde la izquierda, pasó entre varias piernas y Pablo Fontanello la clavó de cabeza a un metro del arco. Estupor, incredulidad, caras largas.
Con el 0-3, River volvió a tener el control del balón y buscó por la derecha con Facundo Affranchino y Ferrari, aunque a ambos les costó progresar. El mediocampista tiró un centro a los 27, Rogelio Funes Mori no pudo de cabeza y Díaz, por atrás, tampoco pudo definir, en la más clarita del local.
El Millonario estaba impreciso arriba y sumamente desequilibrado en el fondo ante un rival lúcido, veloz y punzante. A los 36, Luna la aguantó por la izquierda, Ramiro Leone se la extirpó, llegó hasta el fondo y tiró el centro atrás, Leandro Lázzaro la dejó pasar entre sus piernas y Mariano Pasini decretó el cuarto de derecha.
El quinto llegó a los 44: Lázzaro se la robó a Facundo Quiroga en la salida y fusiló a Vega. Cappa mandó a la cancha a Diego Buonanotte y Rodrigo Rojas para cambiar la imagen y agolpar al equipo sobre el arco del Matador. El paraguayo avisó a los 2 minutos con un disparo por arriba del travesaño, tras construir una buena pared con Ortega.
Y a los 5, Cirigliano se animó desde afuera, Luis Ardente dio rebote y Funes Mori logró el descuento. Pese al gol, River no fue una tromba y generó realmente poco en ataque. Tigre siguió bien parado y hasta pudo haber anotado algún otro tanto. A los 17, Fondacaro tiró el centro y Luna, a un metro de Vega, elevó su remate.
Y a los 22, Lázzaro, la gran figura de la cancha, dejó a dos rivales en el camino, tiró el centro atrás y Luna, sin marca, le erró al arco. Para ponerle el broche a una noche negra para la gente millonaria, Alexis Ferrero se lesionó y Cappa decidió ponerlo a Nicolás Sánchez. En definitiva, Gallardo se quedó sentado en el banco de suplentes y no pudo ser el protagonista, como estaba previsto. Con el pitazo final, se levantó, se paró de cara a la popular y recibió otra ovación.
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