Aunque conseguir la clasificación aún está difícil por la diferencia de gol que arrastra, Tigre superó a Sporting Cristal por 3 a 1. Y fue un premio correcto para el equipo de Victoria, que sin mostrar mucho cortó la racha de cinco derrotas consecutivas, y tuvo el espíritu y los goles para mantener la esperanza de avanzar en la Copa Libertadores. Ahora, por el Grupo 2, deberá jugar su destino ante Libertad, en Asunción.
Explicar la victoria de Tigre no es difícil: basta con decir que los dirigidos por Néstor Gorosito fueron contundentes. En el primer tiempo los visitantes se mostraron más firmes a la hora de controlar el balón. Claro que en el primer avance en profundidad, los locales forzaron el grueso error de Jesús Álvarez, que le dejó servido el gol a Leandro Leguizamón.
Unos minutos después hubo una buena combinación colectiva de Sporting Cristal que derivó en un contragolpe veloz y claro, que hubiera decretado el gol de Avila si no fuera porque Rengifo amagó a tocar el balón en posición adelantada.
En la segunda etapa, se sabía, Sporting iba a salir de arremetida desde el primer minuto, pero otra vez lo condenaron sus errores. Después de que Rengifo desperdició un remate casi desde el punto penal, llegó el segundo tanto del conjunto de Victoria: Quina perdió la posición ante Pérez García y éste definió ante la salida de Penny. A partir de esa diferencia, Tigre tuvo voluntad para aumentar, y con la virtud suficiente para hacer redituable el juego de Botta, quien definió cruzado para el tercer tanto después de una gran acción individual. El descuento llegó a través de Lobatón. Para Tigre, ganar era fundamental y lo logró. Puede mantener la ilusión.
Fuente: www.canchallena.lanacion.com.ar
