domingo, 8 de noviembre de 2009

En el ojo del Tigre

El Matador de Cagna está último, acumula diez derrotas en trece partidos y sólo cinco puntos. El Apertura pasado, en el que llegó al triangular final con Boca y San Lorenzo, a esta altura ya tenía 26.
John Jones ejones@ole.com.ar
De Apertura a Apertura, tan velozmente, el Tigre de Diego Cagna se fue desangrando. Empezó a despedazarse y, gajo a gajo, fue perdiendo el mote de equipo duro, de rival complicado. Porque el Matador ya no anda en peleas por el campeonato, no anda en la gloria misma con la que se encontró en el 2008. Se puso el anillo carcelero de la derrota, del mal hábito de acostumbrarse a perder.En el torneo que el equipo de Cagna llegó al triangular final con Boca y San Lorenzo, a esta altura (fecha 13), ostentaba unos esperanzadores 26 puntos. Un año después, y sin muchas bajas en la lista de partidas en el mercado de pases, no se habla de campeón. Tigre está último con sólo 5 unidades, doce partidos sin ganar (10 caídas) y seis derrotas consecutivas como visitante. Una sola victoria tuvo el Matador este campeonato: 2 a 1 a Chacarita en la primera. Unos 21 puntos de diferencia entre campaña y campaña. De ganar todos los partidos que le quedan (Godoy Cruz, Estudiantes, Vélez, Racing, Banfield y River), llegaría sólo a 23.Los goles de Lázzaro, los tiros libres y jugadas de Morel, la sutileza de Castaño, las voladas de Islas. Gratos momentos en la vitrina del conjunto de Victoria que ahora está dormido, que dejó ese momento inolvidable, de sueños vivos, y ahora se acuesta con la tristeza ni bien puede. Tigre no resurge, no encuentra ese hilo confianzudo que le daba vigor para toparse con los más grandes y bajarlos. Tigre, hoy, es un Tigre avejentado. Ni dientes de sable ni colmillos afilados. Tigre se quedó sin dentadura, ahora no muerde.

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