domingo, 8 de noviembre de 2009

Se hicieron cargo

Con la dupla Mónaco-Salomón en el banco, Atlético cortó el maleficio (justo en la fecha 13) y volvió a ganar después de ocho partidos, con tres derrotas consecutivas incluidas. De esta forma, al DT que asuma le quedará panorama alentador de cara a la lucha por no descender. Tigre se sigue hundiendo y ya suma diez caídas en trece presentaciones.
Federico Nogueira fnogueira@ole.com.ar
Los dos buscaban desesperadamente un triunfo. Sus realidades eran poco alentadoras: Atlético llevaba ocho sin ganar, con tres derrotas seguidas, y Tigre arrastraba once sin conocer la victoria, ya que sólo había podido vencer a Chacarita en la primera fecha por 2-1. Además, el condimento de que ambas defensas son las más goleadas del campeonato, invitaba a pensar que sería un partido repleto de anotaciones. Y así fue, ninguno decepcionó en este rubro, y si bien las falencias defensivas fueron evidentes, consiguieron completar noventa minutos atractivos, para cerrar un 4-2 a favor de los Tucumanos, y que estos, que todavía esperan por el nuevo entrenador, puedan cortar el maleficio. Apenas comenzado el encuentro, la dupla Mónaco-Salomón demostró que sólo les interesaba la victoria, y mandó al equipo adelante, con tres delanteros en cancha. Y si bien tuvieron las primeras llegadas, Tigre sorprendió en una contra, y luego de un cabezazo de Lázzaro, Matías Giménez la empujó y le dio la ventaja al conjunto de Cagna con apenas cinco minutos de juego. Diez más tarde, Juan Pablo Pereyra puso las cosas en su lugar: después de un rebote de Islas, el atacante quedó solo frente al arco y la mandó a guardar. De esta forma se fueron al entretiempo, firmando tablas. Ya en la segunda parte, la necesidad imperiosa de ganar fue determinante, y Tigre salió a buscar los tres puntos de cualquier forma. Tuvo su recompensa a los dos minutos, cuando Luna aguantó a Barone, se dio vuelta y sacó un cañonazo que fue inatajable para Ischuk. El Matador empezó a mostrar otra cara, y parecía que finalmente se le daría el triunfo. Pero no, Atlético despertó a tiempo y en una ráfaga de tres minutos dio vuelta el encuentro con goles de Jonathan Blanco en contra y de Pereyra nuevamente. Ya desde ese momento, la desesperación reinó en el club de Victoria y se perdió el orden táctico. Ambos equipos invirtieron los roles que tenían en el comienzo del partido, y esta vez fue Tigre quien salió con todo a buscar el empate. Los tucumanos arrancaron a aprovechar los contraataques y finalmente consiguieron liquidar el partido a falta de diez minutos: Emanuel Gigliotti quedó a solas con Islas, y no dudo en romperle el arco para establecer el 4-2 final. Atlético logró salir de terapia intensiva y ahora respira tranquilo. Si bien sigue teniendo menos de un punto de promedio por partido, esto le sirve al próximo entrenador para saber que hay material para pelear por la permanencia. Tigre sigue en caída libre y parece no haber forma de que resucite. El equipo de Cagna va a necesitar una victoria urgente, para darle confianza al plantel y para hacer callar los rumores que hablan de la posible renuncia del entrenador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario