sábado, 14 de noviembre de 2009

Un poco de paz

Tras encontrar su auto con pintadas hostiles y sufrir silbidos, Martín Morel abrió el triunfo de Tigre.
No se desahogó con ademanes ni gestos ampulosos. Martín Morel festejó el gol del triunfo de Tigre con su técnico, fundiéndose en un abrazo, pese a que venía de sufrir un hecho que le había generado tensión: en la semana, luego de que cuatro supuestos integrantes de la barra agredieran a Matías Giménez (uno lo habría golpeado) a la salida de un boliche, el enganche encontró su auto con pintadas hostiles, algo que también le ocurrió a Diego Castaño. A este último le escribieron "poné huevos, cagón" sobre su camioneta 4X4 Audi. ¿Barras? Ayer, Diego Cagna ("no fue por un tema de barras, sino gente que se le metió en el auto") y gente cercana al plantel hicieron correr la versión de que se trató de hechos aislados. Lo cierto es que anoche, antes del encuentro, el enlace escuchó silbidos cuando la voz del estadio dio la formación, silbidos que salieron del centro de la popular.
La ola de agresiones comenzó el viernes de la semana pasada: tres violentos hablaron en el Hindú Club con los futbolistas más representativos del plantel (además de los tres nombrados, Arruabarrena y Papparato); les pidieron dinero para poder acompañar al equipo en Tucumán y viajar al Mundial en el 2010. Los futbolistas rechazaron el primer reclamo y dejaron una puerta abierta con el segundo. Esto causó en los barras un malestar que se potenció después de la derrota ante el conjunto tucumano. ¿Y la promesa de no violencia en los estadios que varias barras, incluida la de Tigre, acordaron con el gobierno K para lograr su pasaje y estadía en Sudáfrica y que quedó demostrada anoche con las banderas que colgaron de ambas popus ("Hinchadas unidas Argentina"). Parece que sólo cuenta dentro de los estadios...
Al menos, Castaño recibió un mimo en una bandera de la platea: "El mejor número cinco de nuestra historia". Algo de paz.

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