martes, 23 de noviembre de 2010

Regueiro de fútbol...

En el debut de Schurrer como DT, Regueiro la rompió, hizo dos golazos y le dio el primer triunfo al Chucho. De yapa, el Grana se prendió en la lucha por ingresar a la Libertadores.
Lanús volvió a las fuentes. El Grana hizo debutar en el banco a Schurrer, un ídolo de la casa, y recuperó ese juego que lo llevó a ser uno de los protagonistas en el fútbol argentino. Con un Regueiro intratable, no se apiadó de un pobre Tigre y se prendió en la lucha por ingresar a las Copas. Quedó a tres puntos de Newell’s y sus hinchas sueñan, aunque lo más importante para ellos es que Lanús parece haber recuperado la memoria… Arrancó cerrado el partido. Con Tigre jugando el partido que más le gusta, el de cerrarse bien atrás y darle al rival la iniciativa y la responsabilidad de manejar el juego. Lanús era más, tenía la pelota, pero a la hora de lastimar no lo hacía y en gran parte por su propia responsabilidad. Pero Lanús tuvo a Regueiro en la cancha y el uruguayo se encargó de hacer lo que sus compañeros no podían. Con un golazo de tiro libre puso a Lanús arriba y sin quererlo, comenzó a cerrar el partido. Es que el Matador nunca pudo ni siquiera acercarse a la paridad en el resultado y mucho menos cuando quedó con diez por expulsión de Claudio Pérez. Lanús salió decidido en el segundo tiempo. Regueiro explotó aún más la banda izquierda y volvió loco a toda la defensa visitante. Y en una de las tantas que llegó al fondo, aprovechó un centro para mandar la pelota al fondo del arco. Nunca estuvo en duda la victoria con el uno a cero, pero con el segundo gol llegó la confirmación de una superioridad que ahora también se marcaba en los resultados. Tigre sigue en la irregularidad y el descenso no es un tema del pasado. Deberá remar mucho Caruso, pero sobre todo tranquilizarse para llevar calma a su plantel. Ante Lanús lo expulsaron una vez más y su imagen cuando se iba de la cancha, fue la que en definitiva mostró su equipo. Nervios, desorden e impotencia. Lanús por su parte parece haberse recuperado y comienza a escribir una nueva historia. Lo hizo con Cabrero, luego con Zubeldía y ahora con Schurrer.
Fuente: www.ole.clarin.com

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