
Un estimulante triunfo construyó este domingo Tigre por 2-1 como visitante de Quilmes. El equipo de Victoria tuvo que remarla desde el inicio con un hombre de menos, se vio en desventaja y no se desesperó hasta llegar al desahogo en la segunda mitad, un reconocimiento a su practicidad.
El conjunto de Rodolfo Arruabarrena había esbozado un comienzo mejor. Sin embargo, sólo pudo llegar con un disparo de Martín Galmarini ahogado por Hernán Galíndez. Es que enseguida, a los cinco minutos, Martín Gómez le pegó sin pelota a Ariel Broggi en las narices del juez de línea, vio la roja y permitió que el Cervecero, desde ese momento, fuera el protagonista.
Justamente a través de Broggi por la izquierda y la presencia siempre peligrosa de Miguel Caneo, el local merodeó el fondo del Matador durante todo el período. A los 22, Diego Torres habilitó a Caneo y éste definió desde afuera del área a la derecha de Daniel Islas.
Después, mientras la visita sólo llegó con un cabezazo de Esteban González que sacó Galíndez, los de Leonardo Madelón se perdieron el segundo con un tiro de Torres que atajó Islas, un pechazo de Martín Cauteruccio que despejó Andrés Rodales en la línea y un cabezazo desviado de Caneo.
Sin embargo, cuando un intento de Cauteruccio que atajó Islas pareció extender el dominio al complemento, a los siete minutos la visita alcanzó la igualdad: tras un centro desde la derecha de Rodales, Denis Stracqualursi consiguió empujar la pelota en el primer palo para que ingresara en diagonal por el segundo. Y todo como al principio.
El ímpetu de Tigre se alargó algo más, gracias a las intenciones ofensivas de Martín Galmarini y Román Martínez. Pero de a poco, Quilmes se sintió más obligado y se fue adelantando con sus cartas de siempre. Eso no significó que el Matador se olvidara del arco contrario, sino que se agazapara esperando el momento de volver a lastimar. Así fue que, a los 26, un centro frontal de tiro libre desnudó las falencias locales en la marca: la peinó Mariano Echeverría y anotó el segundo.
Después, el Cervecero volvió a ir por todo, con muchas más ganas que ideas. En la más clara, Broggi exigió a Islas y en el rebote Cauteruccio cabeceó alto. Pero esa necesidad no se tradujo en mayores situaciones, y ya nada pudo hacer el dueño de casa para torcer la historia.
Fuente: www.tycsports.com
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