sábado, 27 de agosto de 2011

Nada por aquí...

En el Sur, los dos jugaron parecido, cometieron los mismos errores y se quedaron en amagues. El Granate no le pudo encontrar la vuelta sin Valeri ni Camoranesi. Por lo menos sigue con el arco invicto en el torneo.

De arranque los dos salieron a buscar el triunfo, despojados de marcas personales y de esquemas especulativos, Lanús y Tigre jugaron un primer tiempo entretenido con llegadas a ambos arcos. En los locales, Regueiro, Carranza y Romero fueron los más punzantes en el ataque Granate. Sustentados en el dominio del balón en el medio campo por parte de Fritzler y Reguiero, los de Schurrer salían rápidamente en busca del área rival.

Por el lado del Matador de Victoria, Morales manejaba los hilos de su equipo y en varias oportunidades asistió a Luna y a Maggiolo. Los de Arruabarrena iban al frente al igual que su rival pero con un poco más de claridad, aunque la jugada en la que casi convierten fue algo confusa. A los 35 minutos desde un córner cerrado para Tigre, la pelota quedó boyando en el área chica, Castaño no la pudo empujar ante Izquierdoz que se tiró al piso y metió la mano para desviar la pelota hacia un costado. Imposible que Pezzotta la viera, pero todo Tigre reclamó penal. La más clara para el Grantae la tuvo Barrientos de cabeza a los 45 minutos cuando recibió un centro desde la derecha enviado por Carranza que controló con esfuerzo Javier García.

Los dos se brindaron por completo. Hicieron un gran desgaste físico y en definitiva la paridad en el marcador estaba bien, pero hubiera sido más justa si hubiera sido con un gol para cada uno. En el local faltaron Valeri y Camoranesi, mientras que en la visita no estuvo Galmarini. Posiblemente los Granates hayan extrañado más sus ausencias que el Matador, aunque Román Martínez no fue el de otros partidos.

La tendencia en la segunda parte fue la misma que en la primera. Los dos tenían buenas intenciones pero no concretaban. Tigre seguía siendo más incisivo de la mano de Morales habilitando a Luna pero faltaba la estocada final. Lanús trataba de abrir la cancha cuando se hacía del balón porque la visita retrocedía en bloque y le cerraba los caminos, obligándolo a caer en el error dividiendo el juego con pelotazos. Schurrer hizo entrar a Pavone por Carranza para ver si podía cambiar la historia pero el ex River no gravitó en el juego.

El partido siguió de la misma manera hasta el final. Ninguno de los dos se salió de su libreto. La idea era contraatacar lo más rápido posible para llegar al arco contrario por sorpresa pero fallaban en el puntazo final. Entonces, ante dos planteos iguales, errores iguales y jugadas de gol desperdiciadas por igual, el empate reflejó claramente lo sucedido en el campo de juego. Quizás los más justo hubiera sido un empate pero con goles. Para Tigre el punto vale, para Lanús, que no tiene goles en contra y aspira a ser candidato al título no tanto.

Fuente: Andrés Garavaglia - agaravaglia@ole.com.ar / www.ole.com.ar

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