domingo, 17 de junio de 2012

¿Frío? Sí, así definió

¿Qué se puede decir? ¿Qué palabras pueden existir para demostrar lo que un hincha de Tigre siente en este momento? ¿O lo que sintió cuando ese hermoso globito del Chino entró en el arco de Barovero? ¿O cuando Loustau marcó el final y se desató la euforia? Nada, absolutamente nada podrá borrar jamás la sensación que hubo hoy en cada corazón Matador, porque este equipo simplemente nos hizo y nos hace FELICES.
Vamos al partido. Tigre arrancó mucho mejor que su rival, y tuvo varias chances para abrir el marcador. Un remate de Cachete, un cabezazo de Castaño (que terminó en gol BIEN anulado por offside de Maggiolo), dos pelotas que el Patito Galmarini no pudo meter... y podríamos seguir contando, porque todas las chances de peligro que hubieron en el partido fueron de Tigre. Vélez demostró que sabe a lo que juega, que tiene jugadores de excelente calidad, pero también mostró flaqueza arriba. Se podría decir que el manejo del balón fue un %60 de Vélez y un %40 de Tigre, pero las ocasiones de peligro fueron en un %95 para el Matador de Victoria, sin dudas.
Fue un verdadero partidazo, uno de esos encuentros que cualquier amante del fútbol pudo disfrutar a pesar de no ser hincha de ninguno de los dos equipos. Porque hubo buen trato de balón, verticalidad, intensidad, atajadas increíbles (Barovero fue la figura de Vélez), jugadas bien hilvanadas, en fin... hubo mucho FÚTBOL. Y sí, Tigre mereció ganar, porque buscó más y mejor que su rival, y porque tiene entre sus jugadores al goleador del campeonato, a un Chino Luna que está en su mejor nivel desde que volvió al Matador. Y porque tuvo una defensa tremendamente sólida, un mediocampo caritativo y preciso que distribuyó la pelota con criterio, con dos laterales que lo dan todo como son Galmarini y Leone, y la picardía siempre peligrosa de Cachete Morales. Fue otro excelente partido de Diego Castaño, y uno muy bueno de Román Martínez, que venía de ser figura frente a San Lorenzo.
La única mancha en el partido (que fue otro condimento más para que fuera un partidazo), fue la mala leche del Poroto Cubero, que sin miramientos agredió a Cachete Morales cuando éste estaba en el piso. Por suerte, el árbitro Loustau (de muy buen partido), decidió bien y lo expulsó. Y a partir de ahí se destrabó aún más el encuentro, se hizo de ida y vuelta, y en una distracción de la defensa Velezana, el Chino Luna se vistió de Messi, y venció por fin a Barovero picándola exquisitamente a los 34 minutos del segundo tiempo. Y desde ahí en más, todo el equipo aguantó. El Vasco Arruabarrena metió cambios defensivos y fue correcto, porque el equipo se solidificó aún más y no dejó pasar ni una pelota del rival.
El encuentro terminó entre abrazos, besos, llanto, emoción, gritos de alegría, de todos los hinchas, de los pibes de la reserva, de Sergio Massa y el presidente Molinos (que estuvieron en la platea alentando todo el partido), de todos, absolutamente de TODOS los hinchas matadores que se hicieron presentes en esta noche HELADA en Liniers. Y por eso decimos: ¿frío? Sí, muchachos, el Chino fue el más frío de todos para definir como definió, y para darle un triunfo a Tigre que por ahora sigue dejándolo afuera de todo, único puntero a dos de Boca y tres de Arsenal, y lejos de la promoción a cinco de San Lorenzo y a dos de Banfield.
Se viene la última final de este torneo, y Tigre arrastra ya 5 partidos consecutivos ganados como local, y esperemos que el próximo frente a Independiente no sea la excepción. Algo de tristeza por no poder contar con el Lechuga Maggiolo (que llegó a la quinta amarilla infantilmente), pero felices porque los demás que tenían cuatro llegarán con todo para dar una última alegría a los hinchas del Matador.
Indescriptible lo que sentimos todos los Tigrenses de alma, pero quizás una palabra sea suficiente por ahora: GRACIAS.
Alejandro Graue /TMC

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