Tengo que ser sincero. Antes de que terminara el partido escribí una crónica en donde expresaba la tristeza por esta cuarta derrota consecutiva del Matador. En ella destacaba la mala labor de la defensa Matadora, que nunca pudo controlar a los delanteros de All Boys. También destacaba a la figura rutilante de Tigre, el inigualable, incansable y goleador Martín Galmarini, y esto creo que es lo único que voy a mantener para esta nueva crónica.
De entrada Tigre entró con el pie izquierdo a causa de la lesión prematura de Ramiro Leone, quien fue reemplazado con el irregularísimo Gastón Díaz.
El encuentro de hoy se presentó nuevamente con una defensa tigrense que no pegó una, a pesar de haber cambiado a Paparatto por Donatti, la cosa siguió imprecisa y justamente de un desmarque y una distracción llegó el gol de All Boys a los 10 minutos del primer tiempo, cuando la cosa estaba pareja. Y a pesar de que desde ese momento el Matador fue puro ímpetu e insistencia, apoyado en la figura descollante que fue el capitán Martín Galmarini, atrás se dieron demasiadas ventajas. Incluso Orban, figura SIEMPRE, tuvo sus puntos bajos. En el medio y en ataque el Matador no estuvo mal, jugó ordenado, produjo oportunidades de peligro y si no hubiera sido por la imprecisión de los centros de Gastón Díaz, más hubieran sido las chances para el equipo de Victoria.
Justamente, la primera vez que Díaz lanzó un centro preciso, llegó el empate por parte de Galmarini, que ya había tenido una chance clara en el primer tiempo. Así, el segundo tiempo siguió con control parejo de la pelota y con la posesión dividida entre ambos equipos. All Boys empezó a llegar un poco más desde los pies de Morel y la cabeza de Borghello, y cuando menos se lo esperaba, tras un córner cabeceó SOLO Mauro Matos para decretar el desnivel para el local.
A partir de ahí Tigre se perdió en la cancha, acusando el baldazo de agua fría. Llegaron los cambios, Botta por Pérez García y Torrassa por Maggiolo, pero los nuevos no tuvieron casi contacto con la pelota. De hecho, aunque Tigre era el que necesitaba empatar, el que más atacaba y generaba peligro era el local. Tanto así que Tigre, entregadísimo en defensa, dejó solos a Matos y a Soto contra Javi García en la puerta del área grande. Tras un rebote, finalmente fue Soto el que quedó solito frente al arco vacío e INCREÍBLEMENTE la tira afuera.
¿Se acuerdan de ese dicho que todos nuestros padres dicen cuando vemos un partido? Ese que dice “los goles que se pierden en un arco se hacen en el otro”. Bueno, justicia divina. Tras esa jugada, Torassa, recién ingresado, se desgarró y no pudo seguir jugando. Y así, con un hombre menos y peleándola de atrás, Tigre NUEVAMENTE generó gracias al trabajo incansable de Galmarini, que peleó una pelota por derecha pegado a la línea de meta, la tiró hacia atrás para que Escobar habilitara a Botta que de muy buena manera estiró la pierna para tocarla hacia el medio donde el nuevo goleador de Tigre, el juvenil Diego Ftacla, la remató con fura hacia la red. Empate del Matador y locura en Victoria. Incluso en los últimos minutos All Boys pudo ganarlo, pero la suerte estaba echada y, ésta vez, fue para Tigre.
Hay muchos que piensan que este será un torneo igual a aquél de 8 puntos con Diego Cagna. Uno quiere pensar que la cosa TIENE que cambiar, porque está el material, porque los jugadores que tenemos pueden lograr 30 puntos y porque el cuerpo técnico demuestra ser el adecuado.
Hoy nos salvamos, es así, y cortamos la racha. Galmarini merece una estatua, sin ninguna duda, y ojalá que Ftacla la siga metiendo porque es un chico que trabaja muchísimo para ser el nuevo goleador del Matador.
VAMOS TIGRE CARAJO!!!!!
Alejandro Graue/TMC
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