lunes, 13 de agosto de 2012

Mire, mire qué locura...

A Boca, que venía de ganar la Copa Argentina, el crédito le duró 45 minutos: ahí la Bombonera explotó en un grito por Riquelme y Falcioni se fue haciendo un gesto muy particular. Pero se desahogó con goles de Chávez y Viatri. Justo a tiempo.

El crédito por el triunfo en la Copa Argentina le dio 45 minutos de aire a Julio Falcioni. Bastó que el árbitro Germán Delfino pitara el final del primer tiempo para que la Bombonera explotara en ese grito esperado tras la partida del ídolo. El "Riqueeeelme, Riqueeeelme" bajó de los cuatro costados, castigo para un equipo que no había encontrado los caminos al arco de Javier García, y a Julio Falcioni le salió humo por las orejas. Se tocó una de ellas, murmuró algo, y alguno hasta pensó que era el típico gesto de "están locos". Por las dudas, tras el partido, aclaró enseguida: "No busquen cosas donde no las hay".
Pero el agua, esta vez, no llegó al río. Porque Boca se desahogó rápido en el arranque del segundo tiempo. Apareció el remate seco de Pochi Chávez para abrir el partido y cambiar el eje. Y luego Viatri liquidó la historia con una definición de esas que aprendió de su amigo Román. Un golazo que calló a los últimos quejosos. Y permitió que Falcioni volviera a cruzar la cancha inadvertido, sin ser el blanco de miradas e insultos, porque la Bombonera estaba feliz.
Boca se reacomodó en el torneo, tras el paso errante en el debut ante Quilmes, y ahora piensa en All Boys. Y piensa tan seriamente que la base del equipo titular ni siquiera irá a Miami para el amistoso con Honduras. Falcioni y sus muchachos se quedan en Buenos Aires. La prioridad es el torneo. Y no hay margen para pisar en el falso...
Fuente: www.ole.com.ar

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