viernes, 22 de febrero de 2013

La magia quedó out

Tigre no tuvo vuelo frente a Libertad y mucho tuvo que ver que Botta no logró ser la manija.

Rubén Botta quiere llevarse la pelota. Libertad supo cerrarle los espacios a Tigre.

En los partidos contra el Anzoátegui de Venezuela, Tigre se había mostrado como un equipo sólido y contundente, parecido a como se lo suele ver en el torneo local. Y mucho en esto tiene que ver Rubén Botta, el talentoso enganche que logró su continuidad desde la llegada de Gorosito y no defraudó: con sus buenos rendimientos, el equipo no paró de crecer. De hecho, en aquellos partidos que significaron la clasificación del equipo de Victoria a la fase de grupos, el chiquitín fue factor trascendental para ganar tanto en la ida como en la vuelta y poner los dos pies en el grupo 2 de la Copa Libertadores. Pero ayer, en el primer partido de esta segunda fase, tanto Tigre como su líder futbolístico estuvieron lejos de su nivel. Y si encima se le suma que enfrente tenía un rival de categoría internacional, como Libertad de Asunción, la ecuación final da un lógico 0-2 para el conjunto argentino.

“Sí, jugamos mal”, definió a secas el Patito Martín Galmarino. Pero para qué más, para qué agregar mayores adjetivos cuando con ésos quedó más que claro cuál es el pensamiento del capitán de Tigre.

La presión que los paraguayos (liderados por un argentino, Pablo Guiñazú) en el medio fue demasiado para Tigre en general y para Botta en particular, porque no sólo no pudo zafarse de la marca con alguna gambeta, sino que en ningún momento pudo acertarle al agujerito de la aguja para enebrar una jugada que pusiera a su equipo mano a mano. Y sin su magia, no es lo mismo.

Desde ya que no todo está perdido, recién es la primera fecha, aunque la bofetada de local fue fuerte e inesperada.

Fuente: www.olé.com.ar

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