Volví de Rosario con diferentes sensaciones, mezcla de bronca
y tristeza, porque Newells no es más que Tigre, pero la necesidad lo llevo a
buscar el arco; mientras tanto, nuestro querido Matador no repitió lo bueno que
venía insinuando, al menos en cuanto a juego asociado, y más aun cuando no aparecen
los generadores de fútbol.
Me preocupa el bajo rendimiento de algunos jugadores, el ver
a mi equipo con pocas variantes y no saber cómo revertir un resultado adverso,
un DT que no encuentra el camino, lo cual se trasluce en resultados negativos y
ver la posición que ocupamos en la tabla de posiciones.
Ni mejores ni peores, pero en la cancha, en cada pelota, hay
que dejar el alma, e intentar de alguna manera torcer el rumbo de la historia.
Gustavo Ase/TMC